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Erik

Mystery

     En este mundo complicado en que te pasas el día corriendo de un lado para otro y en el que mientras estas en tu jornada diaria que debiera ser de ocho horas (linda teoría) y que al final no sabes a que hora acabaras, pero de seguro volverás a casa con el sol ya caído, y casi no te acuerdas de que cuando saliste, no estaba aun en lo alto. Estos días en que lo mas que te preocupara es si vas a llegar tarde a por el pan (benditas vacaciones, aunque cortas, oasis en mitad del desierto). Te levantas temprano como de costumbre (no conseguiré nunca estar en la cama mas de las ocho de la maña, aun en vacaciones, porque además me gusta) Y esta mañana en concreto mientras te lavas los ojos (no me afeitare, ¡pardiez!) con la radio al fondo acompañándote, hacen una entrevista a un músico y de fondo suena entre otros Puccini, Rachmaninof… (¿Hay mejor manera de empezar el día?) : -Tendría que buscar a ese músico en versión sinfónica solamente.

 

    -Tendré que buscar en Internet
    - Mirare en Diverdi.

    Hace siglos que no he vuelto a comprara nada ahí. Me ha venido entonces a la cabeza aquella mañana en que en el trabajo, hace años ya, buscando una versión nueva de Madame Butterfly, no recuerdo si la cuarta o la sexta, que mas da, entre en el despacho de arriba para poder llamar con mas tranquilidad, y como fui a dar con… bueno no se quien, seria, quizás un vendedor de la empresa, lo que si recuerdo es que seguro era un loco por la música, eso seguro. Hablaba un castellano con mucho acento, que no lograba descubrir su origen, quizás italiano, pero no del todo, no se solo diría que seguro no era español aunque hablaba un castellano totalmente perfecto. El caso es que a su pregunta le dije lo que buscaba y ahí comenzó un paseo musical por las diferentes versiones grabadas de esta opera en particular y como le gustaba mas este director porque le daba una sensibilidad especial o este otro por esto o por aquello. La conversación fue derivando a toda la familia Puccini, primero y mas tarde a otros músicos, con lo que la presunta compra fue se convirtió en una discusión maravillosa que al cabo del tiempo habían pasado demasiados minutos, no se si le dije que le llamaba en medio del trabajo, pero….

    Luego volví a comprar otras veces, casi siempre por teléfono, pero ya nunca jamás volví a oír aquella voz, y simplemente eran ya, voces que se dedicaban a lo que tenían encomendado, si muy amables pero concisas y al grano. Yo solicito y ellos te atienden el pedido.

    Extraño vendedor aquel (?)

    Y ya en el mundo de nuevo, tengo muchísimo que hacer esta mañana y ya voy con demasiado retraso. He de salir a comprar el pan (integral, ¡coño!), acabar de hacer la comida, colocar la terraza, ir al supermercado (me perderé un rato. Y que le den por saco a las labores caseras. [Con perdón]).

    El sábado no ha hecho mas que empezar y la vida es demasido linda y corta para perder el tiempo en según que cosas.

 

 

Músicas: Nessun dorma (Puccini), Cavalleria rusticana (Mascagni), O mio bambino caro (Puccini), Donna no vidi mai (Puccini), Mon coeeur s’ouvre à ta voix (Saint Saëns), La donna e mobile (Verdi), Suicidio (Ponchielli), E lucevan le estelle (Puccini), Libiamo (Verdi).

 

 

    Y paso el sabado y el domingo y ¡horror! El lunes (que por cierto tambien es fiesta), tenia que ir al campo toto el maldito dia, un ser urbano como yo castigado a ir al campo y ademas de dia.

    Se presentaba demasiado horripilante para ser verdad. Pero... ¡Ah! La noche, si, la noche lo dio todo por bueno. Una maravillosa noche sin luna sin luces, tan solo con las etrellas brillando por doquier en una noche magnificamente negra, Y algun timido grillo que ya empieza a cantar y alguna que otra rana a lo lejos en los charcos que las ultimas lluvias dejaron. La verdad es que el espectaculo era irrepetible con unas hierbas que de puro salvaje te llegan a la altura delos bolsillos. Y Todas esas candelas ahi arriba suspendidas por hilos invisibles, que invitan a mover la mas cercana, al pasar y oir la musiquilla que producen las varillas metalicas pendientes al chocar con la bolita imaginaria que se encuentra en su centro. Pero que digo, si tan solo eran los campanillos de las ovejas al fondo de la cerca.

    Si valio la pena solo esos instantes, por todo el resto del dia perdido.

    Asi lo recordaba hace unas horas en mi paseo diario por la Coria mientras iba dejando que la noche se fuera apropiando de la tarde, y la he estirado y estirado mirando como el sol va cediendo y ya con su merendera preparada en una mano y la ficha en la otra se ha dirigido inexorablemente a la mquinita para fichar su sailda de escena. Dejando paso a azules y rojos intensos que he disfrutado como si nunca antes hubiera estado ahi.

    Y es que es verdad, no hay dos ocasos iguales.

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(Fotos:Erik)

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Mas Musicas: Marmalade/Reflections of my life. Los Angeles/Monica. The Moody Blues .............

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