48 kilometros o "Sueño de otra noche de verano"
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He mirado hacia arriba mientras conducía saliendo de Cáceres y el cielo esta noche o quizás esta tarde (evening, quizás seria mas apropiado) estaba extrañamente azul para lo que es normal a esta hora en que ya el sol hace tiempo se ha marchado. Las estrellas brillaban como si les fuera esta noche la vida en ello, y la luna llena se mostraba pomposa y coqueta en todo lo alto, era una visión extraña y preciosa del cielo nocturno. De pronto a lo lejos se adivinaba sobre la carretera un extrañamente bajo banco de niebla. Poco a poco me he ido acercando hasta penetrar en el y entonces ha rodeado todo el coche y se ha ido haciendo mas y mas espeso de forma que los coches que venían tras de mi tan solo se mostraban como dos vagas y fantasmales luciérnagas. Pero aun así el cielo se seguía mostrando extraña e intensamente azul marino oscuro gracias a la luz que la luna le `prestaba y el frió de la noche invernal seguía mostrando la luz brillante de las estrellas que vaticinaban una futura mañana escarchada. Pero ahora la inmensa llanura salpicada aquí y allá de mi campo extremeño por alguna que otra encinita incipiente, se ve como sumergida en una maravillosa capa de algodón que solo deja ver la parte mas alta de estas.
Luego, según la carretera se interna el en bosque de encinas el efecto es aun mas bonito y fantasmagórico mientras la niebla a ras de suelo se cuela sinuosa entre los troncos y tan solo deja ver sus copas desvaneciéndose el tronco y difuminándose con las miles de hierbas y piedras que pueblan el suelo y que mañana brillaran como diamantes cuando comience a aparecer l rey Sol.
Así he llegado a tres kilómetros de mi vetusta ciudad amurallada y sin pensarlo dos veces he tomado la cuesta que entre almenas sube a mi ciudad antigua donde he aparcado decidido a ver el espectáculo neblinoso desde allá arriba, y pasear como tantas otras noches por las callejuelas en semipenumbra.
Por el arco de San Andrés aparece un coche que apaga las luces, y de esta guisa circula en mitad de la noche - ¿extraño no?- he pensado aun sentado en la oscuridad de mi coche tan solo acompañado de mi música. Ahora ya en la calle he pasado junto el extraño coche de luces apagadas sin mirar siquiera a su oscurecido conductor --¡Total que me importa a mi si quiere o no ser reconocido!—Y al rodear la esquina que lleva a la vieja alberca ahí tras el granito de esta una figura femenina que al pronto parece turbarse al no esperar encontrarse precisamente con mi figura, he vuelto al cabeza un instante mientras la iba dejando atrás y una sonrisa se ha dibujado en mi cara que naturalmente la oscuridad a ocultado y al momento me ha venido a la cabeza, que esta no es la primera ni la ultima furtiva pareja que se pierde por las calles de mi Coria apenas iluminadas, decorado, para una en este caso “Sueño de una noche de Invierno” Y si, he visto alguna pareja conocida subiendo charlando, ella agarrada al brazo de el entre las almenas que llevan al arco de San Andrés, puerta de mis Paseos por la Coria.
Músicas: Piece by piece / K. Melua.
3 comentarios
Alaluna -
Por cierto io tambien soy de la alta Extremadura exactamente nací en la cuna de las villuercas, un paisaje tanto de día como de noche que desde tu blog invito a visitar.
besinos desde Extremadura
lokura -
lunaaaaa -