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Erik

Noche

Erik.

Estaba yo, aqui sentado como eternamente, y se ha acercado despacio, se ha inclinado y me ha dado un beso. He levantado la cabeza girandola suavemente y la he mirado desde aqui abajo, como quien recibe una sorpresa, o quizas mejor como quien no esperaba tal. Se que en mis ojos en ese momento ha brillado una chispa y se lo he devuelto, con un: ¡Hola cariño! Estaba absorto entre el navegador que me mostraba resultados de busquedas en la pantalla del ordenador y al mismo a la izquierda junto al teclado ojeaba un poema de Charles Baudelaire, que tan solo iba a ser el post esta noche junto a la fotografia, obligada y que me parecio que mas se podria identificar ahora con el mismo y no por que fuera el mas idoneo sino mas bien porque es el que tenia mas a mano y que sin duda debido a no otra cosa, sino que a vagancia no buscaria mas.

Luego he salido a cenar y mientras recorria el camino no he podido por menos que quedarme durante un rato mirando hacia arriba, pues la noche era un espectaculo de luna brilante de esa que me gusta llamar de las mil y una noches o de "Maderas de Oriente" y multitud de estrellas en todavia un cielo azul oscurisimo, pero aun azul. Noche de noches que desde ya comienzas a ser un espectaculo para disfrutar, ahora ya solitariamente. Pues creeria, que ella no es de las que quizas se embobaria junto a mi ahi encima de uno de los canchos que pueblan todo el berrocal que rodea esta ciudad lejos de la contaminacion luminica. Y dejar pasar la madrugada simplemente mirando a arriba.

O quizas si. Seria quizas cuestion de pedirseo una de estas noches que se vienen encima.

 

                                                                                                                                   *

Erik.

LA CAMPANA HENDIDA

 

En las noches de invierno es amargo y es dulce

Escuchar, junto al fuego que palpalpita y humea,

Cómo se alzan muy lentos los recuerdos lejanos

Al son de carrillones que suenan en la bruma.

 

¡Feliz campana aquella de enérgica garganta

Que, pese a su vejez,conservada y alerta,

Con fidelidad lanza su grito religioso

Como un viejo soldado que vigila en sutienda!

 

Pero mi alma está hendida, y , cuando en sus hastíos,

Quiere poblar de cantos la frialdad nocturna,

Con frecuecia sucede que su cansada voz

 

Semeja al estertor de un herido olvidado

Junto a un lago de sangre, bajo un monton de muertos,

Que expira, sin moverse, entre esfuerzos inmensos.

 

Musicas: Abba.

1 comentario

mnkantavivir -

YEAHYEAHYEAH!!!, bien x los dos...bien?...requetebien!!
besitos