El fin de la jornada
Erik.
El Final de la Jornada
Bajo una lívida luz
corre y danza y se retuerce
sin motivo la Vida chillona, imprudente;
y así, en cuanto al horizonte
la noche voluptuosa asciende
apaciguando hasta el hambre,
borrando incluso la vergüenza,
el Poeta se dice: "¡Al fin!"
Mi espíritu, como mis vértebras
con fervor invoca el reposo,
lleno de fúnebres sueños,
voy a tenderme de espaldas
y a envolverme en vuestras cortinas,
¡oh refrescantes tinieblas!"
C.Baudelaire.
Musicas: G.Harrison.
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