Anoche soñe que volvia a Manderley...
"Anoche soñé que había vuelto a Manderley. En mi sueño me encontraba ante la verja del parque, pero durante algunos momentos no pude entrar. Estaba cerrada la puerta con candado y cadena. Llamé en sueños al guarda, pero nadie me contestó y cuando miré detenidamente a través de los barrotes mohosos de la verja, vi que la caseta estaba abandonada...".
Anoche comentaba con alguien sobre unas fotos que publique en un post ya bastante atrasado de un paseo por una ciudad que como la mía se quedo en el siglo XVI parada, paseo que en teoría estaba previsto dar junto a ella y no pudo ser, no quiero que nadie piense que me quedo mal sabor de boca por no haberlo hecho, simplemente no pudo ser y paso y no es de esas veces que piensas: --Que lastima otra vez será-- No, paso y bueno en ese momento si pudo ser una lastima pero tampoco se iba a acabar el mundo por eso.
Entre los sitios que visite hay una librería donde se venden libros que han sido de alguien antes y los hay que han pasado por muchas manos, otros menos pero a mi me encantan esos en que sus antiguos amos, algunos ya ni existen, han dejado su huella en forma de hojas o flores secas, viejos billetes de tranvía y como en este caso, anotaciones de sus impresiones (equivocadas a veces) sobre el libro o sobre ciertos pasajes del mismo.
Me encanta entrar en las librerías viejas y oler el aroma que desprenden los libros, sobre todo los más viejos. Me encanta pararme enfrente de las estanterías y pasarme las horas mirando los lomos vetustos, tomarlos, mirar primero sus paginas amarillentas casi ocre a veces, luego olerlos y en fin disfrutar de tenerlos aunque solo sea un rato entre misa manos. Así una vez tuve y me lleve, por ejemplo "Las flores del mal", "La Atlántida" o como en este caso y en este día la novela de Daphne du Maurier " Rebeca".
Recuerdo que cuando era pequeño, mis padres como no siempre podían dejármela al cuidado de mi abuela me llevaban con ellos al cine y esta fue una de esas películas que nunca se me borraron de la cabeza.
Recuerdo muños años después ya más mayorcito que siempre que iba al viejo Cine Rugall ahora convertido en bloques de pisos, en la sala de la entrada entre los grandes cartelones de películas estaba uno que siempre me encanto, o intrigo o yo que se era la silueta de una mujer con una mansión al fondo creo que ardiendo. Era el de Rebeca.
Interesante historia la de esa novela.
Rara para un niño de cinco o seis años.
Músicas: The Grassroots.
3 comentarios
erik -
Anónimo -
MNKANTAVIVIR -
Solo el tiempo y las ganas, lo dirá!.....
Libros con vida y con historia propia...que maravilla!!
Muchchchchos besos