Noche desapacible
Esta si que ha sido una de esas típicas noches de otoño a las que el personal suele denominar "una noche de perros". Viento, frió, lluvia, oscuridad, calles solitarias.
Solo las ventanas de algún bar iluminadas y puertas cerradas. Las terrazas vacías.
Lucha continua con el viento para que no me de la vuelta al paraguas y que a pesar de los intentos acaba dándosela.
La subida a castillo esta más solitaria que nunca y solo son las ocho y cuarto de la tarde. Las callejuelas de la Villa solitarias solo de vez en cuando se oyen los pasos de algún cliente que vuelve al hotel y que desaparecen tan rápido como se empezaron a oír.
Dentro de unos minutos cuando el viejo reloj de ébano con sus tañidos cansinos marque el comienzo de la hora de las brujas volveré a cruzar esas calles oscuras y prácticamente sin un solo atisbo de vida y veré de nuevo la luz verdosa de los faroles derramándose a través de las callejuelas y calles de la ciudad antigua sobe las piedras mojadas de la calzada haciendo imaginar sombras de mil y una formas.
Quizás el fin de semana el bullicio volverá a ellas aunque entre semana seguirán tan muertas como lo estaban hace quinientos años.
Músicas: Alan Parson / Tales of mystery and imagination.
6 comentarios
erik -
Gracias
K.
erik -
erik -
patus -
MNKANTAVIVIR -
gobina -
Hoy tambien tengo la música que recomiendas...y la música ,las fotos y el relato,es una convinación mágica,para los sentidos...
Me encantan las fotos...Son momentos instantes de la vida,parados en un segundo,y tú haces unas fotos fantásticas...
Un abrazo.
p-d es una noche desapacible...pero...a mí me encantan estas noches...